Enviado por Estudio Vida de La Biblia

Disfrutar de la gracia

~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~


Juan 1:17 Pues la ley vino por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la realidad vinieron por medio de Jesucristo.

2 Corintios 12:9-10 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

2 Corintios 13:14: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”.

~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
Disfrutar la gracia es experimentar a Cristo de una manera genuina, porque la gracia que disfrutamos no es otra cosa que Cristo mismo. No creo que los que predican el evangelio buscando agradar a los hombres conozcan este deleite. Sin duda alguna, los creyentes judaizantes que predicaban el evangelio en rivalidad con Pablo, no disfrutaban a Cristo como gracia. Su predicación no los llevó a disfrutar la gracia de Cristo. Anteriormente hemos dicho que la gracia no es otra cosa que el Dios Triuno procesado quien se nos imparte como nuestro deleite.
Algunos tal vez se pregunten si esta definición de la gracia es correcta, pero analicemos lo que escribe Pablo en 2 Corintios 13:14: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Este versículo nos presenta al Dios Triuno como nuestro disfrute. Por tanto, la gracia equivale a experimentar al Cristo que mora en nosotros, quien en realidad es el Dios que se procesó para nuestro deleite. Cuanto más suframos por la economía de Dios, más nos deleitaremos en Cristo.
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Por Orhac, Derechos Espirituales del Creyente

REDUNDANDO EN ESTA VERDAD DEL EVANGELIO, LA GRACIA

Damos por sentado que la Iglesia de Jesucristo, las iglesias
tradicionales, evangélicas y pentecosteses que se tienen como tal, se
distinguen precisamente por la firmeza y singularidad de la GRACIA que
nos fue dada, de eso no cabe ninguna duda. Quisiéramos pensar que
ojalá todas tuvieran esta vivencia, seguridad y gozo en Cristo, por la
gracia que se nos ha dado.

Sin embargo, el sobre énfasis en que ha caído la Iglesia respecto de
LA GRACIA, sin experimentarla real y verdaderamente es lo que la tiene
en ese estado y situación decadente, por la guía de muchos de sus
Ministros.

Precisamente, quizá todos los creyentes seamos producto de la
predicación de Marcos 16, "ID, por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura", repartiéndonos esa especie de gracia
incompleta, ni los medios para llegar a experimentarla en una
atmósfera de santidad, justicia y amor.

Cuando hay un camino mejor para impartir lo que Dios nos ha dado y nos
manda hacer, como Jesús lo estableció en Mateo 28, "haced discípulos,
bautizándolos, y enseñándoles todas las cosas que él nos ha mandado".

Algunos "grandes" ministros y predicadores del Evangelio se han hecho
famosos con la frase de "VENID A MI TODOS LOS QUE ESTÁIS TRABAJADOS Y
CARGADOS, Y YO OS HARÉ DESCANSAR"

Lamentablemente, han descargado en los que creen, una gracia
incompleta que les es difícil disfrutar plenamente, pues el reposo se
perfecciona con la demanda que Jesús establece en este dicho "LLEVAD
MI YUGO SOBRE VOSOTROS, Y APRENDED DE MI, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE
CORAZÓN; Y HALLARÉIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS; PORQUE MI YUGO ES
FÁCIL, Y LIGERA MI CARGA."

Creo que tenemos que replantear el formato erróneo con que se ha
estado predicando el Evangelio de Jesucristo, que incluso ya ni se
demanda un arrepentimiento, "solo acepta a Jesús de manera personal y
serás salvo"

REDUNDANDO EN LA VERDAD DE LA GRACIA

La verdad, que les hemos negado a los Creyentes, sumergiéndolos en este
nivel de LA GRACIA, les ha impedido ir más allá de conocer a Jesús
como Salvador, pues les es difícil reconocer el Señorío de Jesucristo
y lo que esto implica, obediencia y responsabilidad para vivir los
principios del reino de Dios.