¿Somos Apóstoles de Cristo o de los Nee y los Lee?

Ha nacido una nueva religión

Dirigido a
Estudio Vida de la Biblia

Estimados, Dios les bendiga.
(Aclarando, que cuando menciono a Dios, me refiero al Padre de nuestro
Señor Jesucristo, no a Jesús ni al Espíritu Santo)

Todos los que pretendemos edificar a otros, ya sea la Iglesia misma,
sus Ministerios u otras personas consideradas como simpatizantes,
estamos bajo escrutinio, máxime los que publicamos en la Red porque
toda publicación está expuesta al acceso de cualesquier persona
.
Tal es el caso de Estudio Vida de la Biblia, a los que consideramos
que al publicar los pensamientos de otros, ustedes mismos son
corresponsables de dichas publicaciones puesto que avalan a sus
autores y lo que han escrito.

Lo que lamentamos es que se convierten solo en REPETIDORES de lo que
otros han recibido de Dios, sin intervenir los pensamientos propios de
quienes dirigen Estudio Vida de la Biblia; esto no los hace diferentes
de otras religiones, como son la Torre del Vigía, Asociación
Religiosa, cuyos adeptos y ministros solo REPITEN lo que publica la
Torre; es decir, solo tienen que tener buena memoria sin usar para
nada su propio pensamiento.

En el contexto de la Iglesia en general, esto no es diferente, también
la mayoría de los ministros tienen que sujetarse a la doctrina de sus
propias denominaciones, anulando la inspiración del Espíritu Santo, la
propia Palabra de Dios y la doctrina de Jesucristo, y quienes fueron
expositores de su Palabra, como Pablo.

Aunque la intención que se ve es edificar a los Creyentes con las
ideas de WATCHMAN NEE y WITNESS LEE, porque no creemos que se trate de
imponer una religión sobre la ya establecida, que de por sí está
dividida, llena de múltiples ideas que difieren unas de otras, muy
insensible al pecado, la corrupción y los falsos ministerios con su
propia antorcha que les da luz. Sin embargo, no apreciamos la
disposición a la corrección o la aclaración, y eso se convierte en un
dogma negativo para la propia Iglesia de Jesucristo.

Son tiempos difíciles, donde se requiere de sensibilidad, amor a la
obra de Cristo por encima de compromisos denominacionales impuestos,
aparte de los compromisos convencionales que nosotros mismos nos
imponemos; hora de humildad y reconocimiento al Señorío de Jesucristo;
hora de reflexionar lo que estamos haciendo, porque no basta tener
buenas intenciones, y reconocer errores y tomar decisiones que nos
lleven a un mejor camino como Cuerpo de Cristo.